
Y sin lugar a dudas lo más asquerosito de todo es imaginar (gracias a Dios no lo enseñan en las visitas) la sala denominada "El pudridero", cuyo nombre lo dice todo, ya que a los sarcófagos sólo llegan los huesos. (Urrrghh). Actualmente sólo queda un sarcófago vacío que está destinado a los huesos de D. Juan de Borbón, padre del rey, que será enterrado ahí excepcionalmente a modo de reconocimiento póstumo, ya que no llegó a reinar.
Eso sí, la Basílica donde yo me casé toda merengona (oig, qué pija! como la niña de Aznar!) es preciosa.
