Menos mal que está ahorso entre nosotros para bajarnos del guindo
Me vas a decir que tú, ahorso, no diagnosticas. La próxima revisión que encuentres pon en el informe para el galeno que sospechas de una "disfunción" axial por la que la persona sufre una disminución de la calidad de la imagen, y si es una insuficiencia de convergencia pon que sospechas de una incapacidad de realización de movimientos disyuntivos oculares para alinear los ejes visuales en un punto próximo.
Si hemos llegado y conseguido, por ejemplo, entrar en la sanidad pública y privada, mejorar la visión que tienen de nosotros la sociedad y el resto de profesionales, aumentar la categoría de nuestros estudios, ampliar el rango de nuestra actuación con especialidades, etc, etc ha sido por el incalculable valor del trabajo ejercido por miles de
ópticos-optometristas en su práctica diaria. Pero así también si hemos llegado a la situación de asociar nuestro trabajo a un producto, que no servicio, ridículo en cuanto a precio, si anunciamos que no cobramos nuestro trabajo, si forzamos la venta, si no nos seguimos formando, etc, etc, es por la acción de muchos ópticos que han dejado de lado la optometría. Y aunque te empeñes tú no eres uno de ellos
¿Podemos seguir siendo ópticos-optometristas? Por supuesto que sí pero cambiando el rumbo, si no cada vez serán más los compañeros que pidan el "divorcio" y lo peor de todo, la sociedad (ese ente abstracto y maleable

) empezará a distinguir entre ópticos y optometristas, y si ésto ocurre démonos por jodidos como ópticos-optometristas.
Una parte de la gran mentira de la optometría es que en teoría estamos preparados para realizar multitud de funciones que nada tienen que ver con la venta, aunque en mi época nos enseñaban a utilizar las tarifas, y cuando salen las nuevas hornadas se dan un ostión de aúpa. No es real. Hay que poner una asignatura el primer año que haga repetir como un mantra a los "polluelos"
mi trabajo consistirá en un 80% refraccionar y tener la venta como objetivo prioritario.
Pienso que las ópticas son el centro ideal para ejercer como óptico y optometrista. Cabe la posibilidad de controlar todo el proceso. Por ejemplo puede venir un paciente con una disfunción binocular poner diagnosticarle y aplicar el tratamiento tanto de terapia visual como prescribirle prismas eligiendo la montura así como las lentes más adecuadas, o detectar un queratocono (entiéndase) y adaptar una lente de contacto idónea. Y cobrando tanto por el servicio como por el producto como no puede ser de otra manera.
Tenemos un profesión con un enorme abanico de posibilidades pero la tendencia es a cerrarlo en vez de abrirlo. A centrarnos sólo en un producto despreciando el servicio. Tal vez en la época dorada de las ópticas se daba la circunstancia que entre que se trabajaba mucho y que no estábamos tan formados la parte optométrica hibernaba. Ahora estamos cada vez mejor formados y en vez de
tirar de conocimientos
tiramos de precios.
Es como el detalle de "saludo" o "salido". Nuestra profesión es como nuestra lengua, riquísima en posibilidades, pero si nos empeñamos en hacer siempre lo mismo como si quisiéramos utilizar siempre las mismas palabras y estructuras la estaremos dejando morir.
Bueno, me voy dormir porque mañana tengo que "vender" mucho para pagar las facturas. La cruel realidad de cualquier trabajo
