Pues sobreviviríamos perfectamente, ayudándonos unos a otros y organizando las tareas conjuntamente. Así ganariamos todos.
Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero, siempre hay un pero, todo se iría al garete cuando los de la organización introduzcan a una mujer. Y si son dos ni os cuento. Empezarían las envidias, piques, porque mira ésta, porque mira la otra. Empezarían a comerles el "coco" a los bien organizados hombres, metiendo cizaña y rompiendo la armonía del grupo bien avenido.
En fin, que para que exista espectáculo siempre tiene que haber cohabitando dos o más mujeres. Fijaos si no en los concursos esos de la tele.
