Personalmente coincido con anisometrope. El problema es la definición de profesionalidad. Puedes ser tan profesional vendiendo dos por uno, tres por dos, una gafa por diez euros, y haciendo "solo" refracciones que pasando los veintiún puntos, oct, retinógrafo, etc. El problema viene en la percepción que tienen de nosotros dependiendo lo que hagamos y cómo lo hagamos.
Claramente no pertenezco al perfil descrito por anisométrope pero puedo decir que vivo de las ayudas ópticas en un noventa por ciento, el resto son nuestros pinitos con la terapia visual, algún que otro caso de queratocono (muy sencillo), alguna adaptación "especial" de lente de contacto, etc.
No ponemos en el escaparate ningún tipo de oferta, excepto las rebajas de principio de año. No hacemos publicidad en ningún medio de comunicación. Y no pertenecemos a ningún grupo o cadena con imagen corporativa. Si alguien quiere oferta que entre y nos pregunte. El centro óptico tiene ochenta metros cuadrados (un metro de escaparate) y trabajamos dos personas desde hace "solo" doce años.
En resumen, no sé hasta cuando pero se puede vivir con dignidad al margen de la guerra de precios.
Tuvimos un cartel con los precios justo detrás del mostrador que se nos rompió, pensaba que no servía para nada. Craso error. La gente se acostumbra a sacar la cartera para pagar la graduación por ejemplo, que es lo normal. Pero sobre todo ahuyentaba a los toca pelotas que vienen a buscar el chollo de turno. También hay que decir que no cobramos a todos, pero lo decidimos nosotros.
Con respecto al comentario que hace Luis D de Federopticos, no estoy de acuerdo. A mi manera de ver las cosas (muy especial jeje) dicho grupo la fastidia cuando hace publicidad de progresivos alta gama a x € y luego trata de venderse como un grupo profesional. Intentan, como otros, jugar las dos bazas. Aunque por lo menos en su web no tienen publicidad de precio.
Con todo ésto no quiero sentenciar que óptico-optometrista es más profesional pero la apreciación del público es muy diferente dependiendo lo que vea y lo que le hagas. Y sí, la palabra profesional está en las más escuchadas. Luego habría que hablar de honestidad que es otro debate.
¿Cuál es el frente de centros como el nuestro? La guerra de precios no. Las ofertas a bombo y platillo tampoco. Ni tampoco la melena ni los ojos azules que tengo. ¿Qué queda? pues ofrecer algo diferente tanto de trato, producto como servicio.
Luis D escribió:
Otra cosa que no comparto de tu argumentación es la afirmación según la cual quien añade una segunda gafa de promoción, indiscutiblemente se une a la guerra de precios. Tampoco comparto que el ofrecer promociones, descuentos o incluso tirar los precios, implique vender un producto de mala calidad. Podemos engañarnos a nosotros mismos y repetir hasta la saciedad que es así. Lamentablemente no lo es.
Lamentablemente sí lo es. Otra cosa es que nos acostumbremos a ello considerándolo normal. Si ofertas dos por uno por ejemplo con un precio atractivo para el consumidor, o le metes el sablazo en la primera gafa o bajas el coste, en calidad normalmente, de una o las dos monturas. No hay secretos. Por no hablar de la consiguiente devaluación del producto. A no ser que el volumen sea estratosférico. Si nos ponemos pulcros diría que no es que sea de mala calidad aunque sí de menos calidad.
La apreciación que tiene el compañero LuisD está cada vez más arraigada. El "mercado" está cambiando (siempre lo hace). Lo anormal es no ver un cartel con cualquier tipo de descuento, promoción, etc en un centro óptico. No se puede decir que sea mejor o peor, puesto que habrá compañeros que estén contentísimos, pero sí que es diferente. Ojalá me equivoque pero cuando mejore la economía (paro, sueldos, etc) no creo que desaparezcan dichas políticas.
El actuar de una u otra manera está supeditado a la supervivencia, y ésta a su vez con la plaza (competencia, renta del lugar, tipo de clientes, etc). No creo que sea de gusto de nadie estar atento a lo qué hace el de enfrente comparándose continuamente.
En fin, cada uno es libre, o no, de elegir el camino. Pero lo que me resulta indudable es que dependiendo cómo se trate y lo que se realice en el gabinete determina la apreciación subjetiva de nuestro "trabajo clínico".