Foro de ópticos - optometristas

...¡Ya le había puesto falta, ¿verdad?
Hoy ha vuelto el Señor X...Como anda fastidiado de dinero "sólo" se ha hecho unas Oga (350 €) y me las pagará de dos veces...Pero se ha quedado con ganas de una Lindberg...
Volverá a por ellas.

Al poquito tiempo de llegar a Tenerife tengo a una señora mayor sentada en la lampara de hendidura a la que le estaba quitando unas pestañas que le crecian hacia dentro. Me costó un poco y cuando termino, le digo a la señora:

Yo: -Ya está. Sepárese por favor.

La señora me mira sin quitar la cabeza de la mentonera y no dice nada.

Yo: -Señora, que ya está. Sepárese.

De nuevo me mira pero no se quita

Yo: -Ya le he quitado las pestañas, separese por favor.

Mutis. Preocupado por si le ha pasado algo la cojo del hombro y empujando ligeramente.

Yo:-Señora, separese
Señora: (gritando)- ¿Pero a que se parese? ¡esque no lo se a que se tiene que pareser¡

Me tuve que salir de la risa que me entró. Y no es ningún chiste, que me pasó de verdad.

me encanta!!

Acaba de ocurrir:

Clienta: buenos días
Yo: Buenos días
Clienta: ¿Tiene el aparatito para apretar esto? (Señala el tornillo de una gafa de sol)
Yo: ¿Un destornillador?
Clienta: Sí, eso. Es que parece mentira, pero sin eso...

Tocate las.... tanto estudiar, y lo importante es el aparatito....

SergioTNF escribió:Al poquito tiempo de llegar a Tenerife tengo a una señora mayor sentada en la lampara de hendidura a la que le estaba quitando unas pestañas que le crecian hacia dentro. Me costó un poco y cuando termino, le digo a la señora:

Yo: -Ya está. Sepárese por favor.

La señora me mira sin quitar la cabeza de la mentonera y no dice nada.

Yo: -Señora, que ya está. Sepárese.

De nuevo me mira pero no se quita

Yo: -Ya le he quitado las pestañas, separese por favor.

Mutis. Preocupado por si le ha pasado algo la cojo del hombro y empujando ligeramente.

Yo:-Señora, separese
Señora: (gritando)- ¿Pero a que se parese? ¡esque no lo se a que se tiene que pareser¡

Me tuve que salir de la risa que me entró. Y no es ningún chiste, que me pasó de verdad.

IMPRESIONANTE

Algunas respuestas rápidas:

-Paciente: He comprobado que estas gafas están mal hechas porque se las ha puesto mi marido y mi hija y ellos tampoco ven bien.
-Pac: Venía a cancelar unos lentejuelos. Traducción: venía a pagar.
-Graduando: Paciente diciendo la linea del 0,8: A U J P
Paciente leyendo la linea del 0,9: A U J P
Mi respuesta: Caballero, no se las aprenda de memoria, dígame las letras que ve.

Un antiguo jefe un año hizo unos calendarios muy chulos para regalar y dijo que iba a dejar uno en el gabinete. No me pareció mal, pensé que lo pondría en algún lugar visible pero que no molestara. El se quedó dentro del gabinete y yo salí en ese momento a atender a una señora que entraba. Me dijo que quería graduarse y la pasé al gabinete. Comienzo a graduarla le pongo las letras y empieza:
-J
- J-U
-J-U-N
-J.-U- N-I
- J-U-N-I-O
Mi cara era de me doy la vuelta y justo al lado de mi caja de optotipos que estaba iluminada mi jefe había puesto el calendario y la señora decidió decirme las letras que más grande veía. No sabía si reírme o hablar en arameo a mi jefe, decidí lo primero, y le indiqué a la señora que leyera la franja iluminada no el calendario. Claro, tras terminar con la señora quité el calendario y le dije a mi jefe que seguro que había algún otro lugar en la óptica para colocar el calendario y aún me dice que no entiende porque ahí molestaba

Que bueno! la gente lee lo que le interesa

Buenas tardes a todos. Viendo que el personal está un poco decaído, voy a contar una pequeña anécdota pasada.
A muchos nos habrá pasado que a la hora de cambiar un terminal de una montura, éste está tan reseco que ni siquiera calentándolo sale; hay que dedicarse sutilmente a aflojarlo mediante un suave movimiento oscilante hasta que finalmente, cede.
Pues bien, un día estaba la hija del dueño haciendo prácticas de taller, e iluso de mí, a sabiendas de que se toma dos cucharadas de Cola Cao en el desayuno, se me ocurrió pasar por detrás de donde ella estaba sentada.
Y claro, los que tenga muy presente la Ley de Murphy ya se podrán imaginar donde me hallaba situado en el momento en el que la presión del movimiento venció la resistencia del terminal. ¡Efectivamente. El impacto se produjo en todo el centro! Las funciones básicas de mi cerebro se redujeron a proteger la zona dolorida y a luchar por respirar. Por suerte, el sillón del gabinete estaba al lado y allí encontré refugio para mi agonía.
Ahora me viene a la memoria el título de una película que algunos habréis visto: “Amor y otras drogas”. En ella, el protagonista recibe un golpe en el bajo vientre, y mientras se encuentra tirado en el suelo, el que ha perpetrado la agresión se limita a describirle los procesos fisiológicos por los que está pasando. Ni que decir tiene que me sentí totalmente identificado.
Por fortuna, no había ningún cliente en la óptica, y la cosa no pasó a mayores. Pero a partir de aquel momento me pensé muy mucho lo de que la hija del jefe me diese la espalda.
¡Buen verano a todos!

¡Eso es acoso! Tendrías que haber pedido una indemnización.