Hemos tenido todos los repartos, con furgoneta oficial.
Lo que más trastorno ha causado ha sido el transporte en cercanías y autobuses, pero el metro iba estupendamente, incluso más vacío que de costumbre.
Yo, como me he mudado hace poco a las afueras, para evitar esperas en cercanías de una hora, he dormido en mi antigua casa, con sacos de dormir y mantas, que sólo está a 10 minutos de la óptica. Eso sí, me traje el portátil con el sintonizador de televisión y la quinta temporada de LOST (voy con algo de retraso) pero como me han llegado cristales, he estado algo ocupado, afortunadamente.
En cambio, en el pueblo donde viven mis padres (As Pontes, Coruña) estaba todo cerrado, excepto dos bares (uno de ellos el típico que nunca cierra en plan "farmacia de guardia") y un supermercado.
En otras zonas de Madrid ha habido más jaleos, pero eso ya se ha visto, leído y escuchado a lo largo del día.
Lo mejor lo que ha escuchado uno de mis jefes por la radio:
"Yo tengo un bar cerca de la sede de un sindicato, pero no os voy a decir en dónde. Ayer vinieron a decir que por favor, no hiciera huelga, que iban a necesitar bocadillos, cafés y un sitio para tomar algo porque estarían todo el día yendo y viniendo"
¡Para que luego pidan solidaridad de clases!
