Ahí va eso y repito; cambiar el chip con este caso. La patología casi es lo de menos, lo importante es razonar porqué dejan libre a Simón.
Para ello necesitáis (y por éste orden):
1º Ser ópticos. Inspiración (la lucecita).
2º Ser conductores. O con la empatía suficiente como para imaginar (vivir) la escena.
3º Ser ópticos otra vez. Y quizá desempolvar la vieja caculadora trigonométrica.
INFORME ATESTADOS 23 3 2011
Agentes Hernández y Fernández
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En la autovía A 31, punto kilométrico 35 dirección Madrid, se produce un accidente al que acuden los arriba mencionados a las 23:15.
Se encuentran un automóvil ardiendo situado en el arcén izquierdo de la calzada empotrado en la mediana. En el lugar se encuentra ya una ambulancia del SAMU.
Los agentes deciden cortar el tráfico pera dejar actuar a los sanitarios, para lo cual, el agente H. blande una porra luminosa roja a un metro y medio del suelo y comienza a andar perpendicularmente desde el arcén exterior de la autovía de dos carriles hacia el centro de la calzada, cuando el coche del sr. Simón se acerca a unos 40 metros por el carril derecho y a una velocidad de unos 20 km/h. Sintiéndose seguro, el agente sigue avanzando hasta situarse casi exactamente enfrente del automóvil, en el centro del carril exterior, el coche se encuentra entonces a unos 20 metros. Es entonces cuando el agente no ve intención por parte del sr. Simón de parar y se tiene que apartar, situándose en el carril izquierdo para no ser arrollado. Justo al pasar a su lado, el conductor hace gestos de sorpresa y frena bruscamente.
El sr Simón es detenido mientras jura no haber visto al agente hasta tenerlo encima, alega que el agente no encendió la porra hasta el último momento….etc,……
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«Cuando una persona sufre de una alucinación se le llama locura. Cuando muchas personas sufren de una alucinación se le llama religión.» Pirsig.