Creo que la idea es que los enfermeros puedan extender recetas de medicamentos donde no sea necesario un estudio médico previo, como por ejemplo podría ser el ibuprofeno, o en tratamientos para enfermos crónicos, donde simplemente se trata de extender las recetas. El permitirles esto, aligeran mucho la carga de trabajo de los médicos de familia
Respecto a vuestras quejas, es posible que se haya perdido una ocasión de oro con la reforma universitaria. En el decreto de posgrado se decía que el gobierno podía articular por ejemplo que determinados cursos de posgrado profesionalizantes dieran pie a la adquisicón de nuevas compentencias profesionales. Pero en su momento lo que se hizo desde dentro del colectivo fue mantener el manido debate sobre qué somos: que si la óptica es el hombre del saco, que si hay que que meter el cuadruple de patología ocular que la que recibe un médico de familia, que si pin que si pan.
De todos modos, yo soy optimista. Ante todo hay que ser paciente: desde que yo estudié hace casi 20 años

la situación ha cambiado como de la noche al día. Tenemos que entender todos que somos un colectivo muy joven, de una disciplina relativamente joven que aun se está definiendo en nuestro país. Entiendo que esto es poco consuelo para quien vé minusvalorado su trabajo a diario cuando le tratan como un tendero, pero por ahora no se puede hacer nada más que seguir trabajando con profesionalidad.
Lo primero es lo primero: hay que tener claro qué somos; las luchas intestinas de los planes de estudio creo que han sido un error, porque en España las cosas no son como en Inglaterra. Pero tampoco son como en Francia. El gran paso se ha dado en el momento en que los optometristas hemos entrado a colaborar estrechamente con los oftalmólogos y NO SÓLO como refraccionistas, sino como iguales que realizan una tarea profesional DIFERENTE a la suya, como hacen también los enfermeros.
La Oftalmología de este siglo exige del trabajo de un equipo múltiple de profesionales, donde el optometrista es, a día de hoy, imprescindible. En las clínicas ya es así. En los SS, se empiezan a dar cuenta. Pero vencer las inercias y cambiar hábitos es de lo más difícil que uno se puede encontrar. Pero eso no es algo que os ocurra sólo a los que trabajáis en Ópticas. Los que estamos en las universidades no como farmecéuticos, biólogos o químicos reformados, sino solamente como optometristas, estamos venciendo poco a poco los "techos de cristal".
Pero aun queda mucho por hacer. Queda el esfuerzo de demostrar que queríamos ser graduados no para sentirnos mejor valorados, sino porque creemos de verdad queremos utilizar la ciencia como medio para seguir progresando en tu formación académica. De hecho, sería MUY POSITIVO que los colegios profesionales IMPUSIERAN la realización de cursos de formación continuada, so pena de perder la colegiación, como hace el GOC británico. Esto obligaría a la gente a no dejarse vencer por el pesimismo de considerarse simples tenderos.
Creo que los optometristas españoles caminamos hacia tareas de investigación propias, unidas a los diversos campos que engloban el estudio de la Visión humana. Y confío en que estos trabajos salgan publicados en revistas nacionales o internacionales de prestigio, como lo son la Ophthalmic and Physiological Optics inglesa, o el Optometry and Vision Science americano.
Ánimo!
