La rosácea ocular generalmente se manifiesta como una blefaroconjuntivitis crónica que a veces deviene en queratitis.
Al examinar al paciente podemos observar eritema, telangiectasia y pústulas en párpados y mejillas, pudiendo encontrarse engrosada o plegada la piel en estas zonas o también en la nariz.
Suele afectar a personas de piel clara de origen caucásico norteño, siendo común en Escocia e Irlanda. Como decía un conocido, afecta especialmente a "razas celtas", lo cual para algunos será un cumplido y para otros una ofensa.

El tratamiento consiste en higiene palpebral rigurosa, como en el caso de la blefaritis posterior y/o disfunción glandular de Meibomio, unido a la prescripción de tetraciclinas por vía oral y a veces sistémica, a causa del doble efecto antibacteriano y antiinflamatorio de éstas. Es recomendable revisar la córnea con regularidad, pues la inflamación de los anexos puede ser la causa de una queratitis punteada o más peligrosamente, una úlcera periférica, que podría neovascularizarse o progresar hasta la perforación.
En el caso de esta señora, además de la inevitable compensación refractiva, recomendé el uso diario de toallas limpiadoras y el uso discrecional de lágrima artificial, que a las tres semanas mejoraron notablemente los síntomas de molestias y cuerpo extraño. Las pestañas perdidas, perdidas están, me temo...
Quisiera comentar que hay que fijarse con detalle en la cara de la señora para darse cuenta, porque en este caso los signos no son evidentes a simple vista.
Saludos y le toca a Mike.